lunes, 9 de julio de 2007

Contrato didáctico

Según Brousseau (1986) se llama contrato didáctico al “conjunto de comportamientos del profesor que son esperados por los alumnos y al conjunto de comportamientos de los alumnos que el profesor espera de ellos”.
Debido a la relación que existe entre profesor y alumno en una sala de clases, es que siempre se esperara algo del otro, en forma reciproca. De esto puedo concluir que el contrato didáctico juega un rol fundamental en el desempeño del profesor, pues por medio de él podría dejar en claro que espera del alumnado, y si las condiciones de este contrato se hacen lo más explícitas posible, es mucho mejor aun, puesto que los estudiantes sabrán con mayor certeza que se espera de ellos, de esta manera podrán hacer un mejor trabajo tanto en el desarrollo de las clases mismas, como a la hora de ser evaluados, pues no tendrán confusiones a cerca de que espera el profesor que ellos entreguen, y no tendrán dudas sobre sus evaluaciones, que es lo que finalmente los motiva e interesa.

¿Pero que sucede cuando este contrato se rompe?

Por ejemplo, supongamos que los estudiantes tienen muy claro lo que el profesor espera de ellos al realizar una actividad, y saben como van a ser evaluados, pero una gran parte de estos en lugar de trabajar se dedican ha hacer desorden, en este caso claramente los alumnos han roto el contrato didáctico, puesto que no solo no están realizando la actividad sino que también están impidiendo que los que están trabajando lo hagan correctamente, en estos casos a mi parecer el profesor también debe romper el contrato y cambiar las reglas del juego, cambiando por ejemplo la forma en que van a ser evaluados, dándole más importancia de la que se le había dado en primera instancia al comportamiento y trabajo en clases, para que de esas manera los estudiantes no vuelvan a repetir algo así en otra oportunidad y además puedan lograr los objetivos que el profesor espera que los alumnos aprendan con las actividades realizadas.

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